El Marketing de contenidos
permite a los expertos en marketing controlar profundamente el alcance de de mensajes y descripción de productos, así como conservar la plena propiedad de todo el contenido para que pueda usarse cuando la marca lo considere oportuno, así como a través de la publicidad, los canales de la marca e ingresos sociales.
Como las marcas han aceptado que los marketing influyentes necesitan productos, experiencias y/o ingresos, han buscado tratar el trabajo del influyente con el mismo control que el del marketing de contenidos.
El mayor rol del marketing influyente es que ellos involucren sus audiencias, y las marcas deben más insistir en la inclusión del «Lenguaje de la marca», entre más las marcas usen el poder de los influyentes en la conducción para acciones del consumidor, como decisiones de compra y cambiar la percepción de los consumidores sobre una marca, abra mas y mejores beneficios.
La naturaleza misma de ejercer este control socava lo que los influyentes hacen mejor: servir como apasionados defensores de la marca, contar la historia de una marca con su propia voz y en sus propios términos de maneras que más resuenen con su audiencia.
Desde la perspectiva de la marca, comienza a parecerse mucho al juego del «Teléfono» – la marca le dice a los influyentes al comienzo de una campaña, «Aquí está algo breve, aquí está mi mensaje.» Pero cuando sale por el otro extremo, la marca dice: «¡Espera, ese no era mi mensaje original, se ha transformado, ha cambiado, cámbialo de nuevo!». En ese proceso, los influyentes han tomado el mensaje de la marca y simplemente lo han filtrado, superponiendo su propia perspectiva y narración personal, que es la estrategia general detrás del Influencer Marketing.
Cuanto más marcas empujen a los influyentes lejos de la autenticidad, menos eficaz será el alcance de la marca.
El valor real de los contenidos generados por influyentes se centra en el hecho de que son creados por los defensores de la marca, y no por la propia marca.